Existen en Salamanca dos catedrales. La “Catedral Vieja” que fue construida alrededor de mediados del siglo XII, una de las más antiguas de Europa, y la "Catedral Nueva", una mezcla de estilos, gótico tardío, renacentista y barroco. Es en la entrada a la Catedral Nueva donde encontramos una figura esculpida muy peculiar, un astronauta. Paralelo a la entrada, posado sobre un pilar, con sus botas, su casco y todo el correspondiente traje y equipo. Agarrado con la mano derecha a lo que parece ser una vid o parra para apoyarse.
Más allá de lo que podría parecer una profecía secular, ¿qué hace un astronauta en una catedral construida entre los siglos XVI y XVIII?. Evidentemente los astronautas no existían cuando la catedral se construyó. Parece ser fruto de una restauración. A finales de 1991, con el beneplácito patrimonial y catedralicio y la coincidencia de la celebración salmantina de Las Edades del Hombre y el V Centenario del Descubrimiento de América, los canteros encargados de la restauración de la Puerta de Ramos, la entrada de la Catedral Nueva, decidieron dejar en las paredes rasgos de modernidad. Caprichos del restaurador. La añadidura supuestamente fue obra del mampostero Miguel Romero. Enigma resuelto.
Según la tradición, las restauraciones de las catedrales incluyen alguna cosa referente a los tiempos modernos. El escudo del Atletic Club de Bilbao en la iglesia románica de Trujillo (Cáceres), obra de Antonio Serván, la Catedral de Palencia luce con claridad la figura de un fotógrafo entre las gárgolas del ábside, obra de Jerónimo Arroyo. O la gárgola peculiar de Darth Vader en la Catedral de Whasington.
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